10. «A buenas horas, mangas verdes»

En el siglo XIII se creó un cuerpo de vigilancia llamada Santa Hermandad y que se dedicaba a visitar las diferentes aldeas y pueblos con tal de prevenir los delitos en esos lugares. Su uniforme estaba compuesto por una llamativa casaca cuyas mangas eran de color verde, por lo que la gente aprovechó para llamarles de ese modo: los mangas verdes. Esta policía rural tenía fama de llegar al lugar del crimen cuando los malhechores ya habían huido, motivo por el que los lugareños solían recibirles con un «a buenas horas, mangas verdes».