No hay feria que se precie sin un puesto ambulante que venda el rico y pegajoso algodón de azúcar.
Las primeras noticias que se tienen del algodón de azúcar se encuentran en Italia en el siglo XV. Allí algunos cocineros calentaban azúcar hasta hacer un caramelo líquido y posteriormente formar unos hilos con un utensilio que se utilizaban para decorar productos de repostería.
Pero a nivel industrial tal y como lo conocemos hoy, surgió con la fabricación de la primera máquina para hacer algodón de azúcar presentada por los inventores William Morrison y John C. Wharton en la Feria Mundial celebrada en Francia en el año 1900. En realidad se trataba de una sencilla máquina a la que se le añadía agua, azúcar y colorante y creaba unas hebras que se enrollaban en un palo de madera. El invento tuvo gran éxito, recorriendo las diferentes ferias mundiales que se celebraron en los siguientes años y consiguiendo vender un gran número de máquinas.
En cada lugar tiene un nombre diferente: en los países anglosajones se llama cotton candy [algodón de caramelo] y en Francia es conocido como barbe à papa [barba de papá]. Anecdóticamente, en los años 70 se creó un personaje de dibujos animados que representaba una nube de color rosa y que se llamaba Barbapapá. La popularización de los dibujos fue tal que el algodón de azúcar acabó siendo conocido en muchos puntos del planeta como Barbapapá.