En el país del Sol Naciente las direcciones se componen de una estructura totalmente diferente a la que estamos acostumbrados a encontrar en cualquier ciudad occidental.
Esta estructura está basada en tres números, el primero de ellos indica el distrito al que pertenece la vivienda, el segundo señala la manzana y por último el tercero hace referencia al edificio o casa en cuestión.
La numeración de los edificios construidos en una misma manzana no sigue un orden lineal según su posición física en la calle sino que se numeran según el orden en el que fueron construidos.
Dependiendo de la zona de Japón el sistema puede tener ligeras variaciones, pero siempre evitando el uso de nombres de calles ya que tan sólo algunas autopistas o avenidas principales importantes los tienen. Las calles en Japón son únicamente espacios sin nombre entre las manzanas, que sí son las que están identificadas en los mapas.
Esta forma de localización, aunque puede resultar confusa a los occidentales, es ideal para los GPS por su exactitud.