Es habitual utilizar el término «rocambolesco» para referirse a un hecho que ha sucedido de una manera inverosímil o como una aventura difícilmente creíble.
El origen de esta palabra proviene de Rocambole, el nombre del protagonista de una colección de novelas de aventuras y que se publicaron por entregas en varios diarios y revistas francesas entre los años 1857 y 1871; su autor era el aristócrata Pierre-Alexis Ponson de Terrail.
Rocambole comenzó siendo un pícaro ladrón de guante blanco que vive un sinfín de aventuras, a cuál más fantasiosa, y excesivamente artificiales. Éstas hacían las delicias de todos sus lectores, que aguardaban con impaciencia cada una de las entregas de un nuevo capítulo. Gradualmente, el escritor fue trasladando al protagonista de sus exitosas novelas desde el lado de la ilegalidad hasta convertirlo finalmente en un simpático justiciero.
Tras el fallecimiento de Ponson de Terrail en 1871, varios han sido los autores que han escrito novelas con el personaje de Rocambole como protagonista.