Que vergüenza se pasa cuando estamos en un lugar silencioso y rodeados de gente y, de repente, nuestro estómago empieza a emitir unos escandalosos ruidos que hacen que deseemos que la tierra se abra y nos trague.
Nuestro estómago e intestino están en contracción continua. El primero para digerir y realizar la digestión de los alimentos que han ido a parar allí después de habérnoslos comido. El segundo para empujar hacia el interior del intestino todos los restos que después serán expulsados mediante las heces.
Este proceso se conoce como borborigmos y su peculiar sonido, parecido a un rugido, se produce sobre todo cuando ya se ha realizado la digestión y nuestro estómago está vacío de alimento, de ahí que el sonido sea más escandaloso y se asocie con la sensación de tener hambre.