La Sala Bikini abrió sus puertas en 1953 en la Avenida Diagonal de Barcelona. La sala trajo muchas novedades a Barcelona. Una de ellas fue un bocadillo muy popular en Francia llamado Croque Monsieur y que era un bocadillo caliente de jamón york y queso.
El problema fue que, en plena época franquista, los anglicismos y galicismos estaban mal vistos, lo que llevó a la gente que gestionaba el negocio en sus inicios, a llamarle «el bocadillo de la casa».
Afortunadamente, la fama del «bocadillo de la casa» del Bikini traspasó las paredes del local y la gente comenzó a pedirlo fuera de la Sala Bikini. Y lo que se comenzó pidiendo como «el bocadillo que hacen en el Bikini», fue evolucionando hasta llegar al «hazme un Bikini».
Es un nombre que, básicamente, se le da en Cataluña, puesto que en el resto de España la forma correcta de pedirlo es un sandwich mixto caliente.