Durante la temporada 1930-31 de la Liga española el equipo del Racing de Santander destacó por ser uno de los más fuertes de la competición.
En sus partidos disputados en el campo de El Sardinero se mostraba inexpugnable, lo que hizo que rápidamente se conociese el estadio como «el huerto del francés», en clara alusión a unos hechos acaecidos a finales del siglo XIX en la población de Peñaflor (Córdoba) en el que varias víctimas fueron robadas, asesinadas y posteriormente enterradas en un huerto propiedad de Juan Alije, alias el francés.
De ahí que al campo de El Sardinero se le llamase de ese modo, ya que el Racing se mostraba imbatible en su feudo, enterrando a los equipos visitantes. Esa temporada, el Rancing de Santander acabó la liga en segunda posición, empatado a puntos con el Athletic de Bilbao que se proclamó campeón.