El término onanismo proviene del personaje bíblico Onán. En el Génesis 38 1-10 podemos encontrar el texto que nos explica que, tras el fallecimiento de su primogénito Er, Judá mandó a Onán, su segundo hijo, tomar a su cuñada Thamar y proveerla de descendencia.
Según continua el relato, Onán, no quería concebir hijo alguno con Thamar, a sabiendas de que éstos no le serían reconocidos a él sino a su difunto hermano, por lo que, al realizar el acto sexual, se retiraba antes de llegar a su fin y lo acababa manualmente, vaciándose fuera de ella.
Este hecho supuso la ofensa de Yahveh, quien quitó la vida a Onán. Desde entonces, el acto de masturbarse es conocido como onanismo.