Un hipócrita es un actor. Sí, como lo leéis. Así como ahora definimos a una persona hipócrita como «aquella que finge sentimientos que no tiene, o que expresa ideales que no sigue», el origen de la palabra hipócrita proviene del latín hypocrisis y del griego hypokrisis, que significan acción de desempeñar un papel, por lo que la palabra hipócrita designaba a un actor contratado para fingir o hacerse pasar por aquel que no era (por ejemplo, las plañideras eran hipócritas). Y aunque parecen compartir origen, la palabra hipócrita no tiene nada que ver con Hipócrates, el llamado padre de la medicina, a quien se atribuye la creación del juramento hipocrático, por el que los recién titulados en medicina adquieren un compromiso ético para ejercer la medicina de manera responsable.