20. ¿Por qué se nos duermen las extremidades?

Qué extraña es la sensación de estar tranquilamente sentado y al ir a levantarnos notar que se nos ha dormido el pie o comprobar al despertar que eso mismo nos ha ocurrido con una mano, el brazo o una pierna. Ese hormigueo que sentimos en nuestra extremidad es realmente desagradable y hasta que se despierta estamos un rato en el que nos causa molestia.

La causa de ese adormecimiento es debido a que alguno de los nervios que por allí pasan ha quedado presionado durante un largo rato, lo que hace que no llegue suficiente riego sanguíneo y las señales que envía el cerebro hacia ese punto no sean del todo nítidas. Las personas con una mala circulación son más propensas a padecerlo.

Cada persona tiene su propio método para hacer que se le despierte antes: unos lo ponen bajo el chorro del agua fría, otros se descalzan y colocan su pie sobre la baldosa del suelo, hay quien incluso hace cruces en la palma de su mano con el dedo mojado en saliva… Pero lo mejor y recomendado por los especialistas es dejar que se relaje el nervio y la extremidad que han estado comprimidas y, en poco más de un minuto y de forma natural, se recuperará la correcta movilidad y desaparecerá el molesto cosquilleo.