Cuando me desperté esta mañana supe que había estado allí otra vez. En el sueño siempre es igual: estamos en el suelo, corre la sangre y, cuando miro hacia un lado, ella está ahí, mirándonos. Me mira con tristeza en los ojos, como si acabara de descubrir quién soy, como si me hubiera descubierto y hubiera visto que no soy el que ella quiere.
El desayuno me supo de maravilla. Lo dice el Teletexto: «Diputada hallada muerta en la piscina de saltos de Frognerbadet». Las páginas de los periódicos digitales estaban llenas. Imprimir, recortar, recortar.
Dentro de poco, los periódicos digitales harán público el nombre. Hasta ahora la presunta investigación de la policía ha sido de una falta de profesionalidad tan ridícula que le ha resultado más irritante que emocionante. Pero esta vez utilizarán todos los recursos, dejarán de jugar a los investigadores, como han hecho con Borgny y Charlotte. Después de todo, Marit Olsen era miembro del Parlamento. Ya va siendo hora de parar esto. Porque ya he elegido a la próxima víctima.