Ongianos vulnerables

El sentimiento anti-Occidente va en incremento. Cada vez que el torpe de Bush lanza una amenaza contra Irak, el resto de los países musulmanes se lo toman a pecho y se empieza a sentir el rechazo. Es muy claro que si Bush decide atacar a Irak, a nosotros aquí en Afganistán se nos complica la vida. La mayor parte de la población afgana es muy agradecida y quiere mucho a MSF porque por veinte años hemos estado aquí a pesar de los talibanes y los rusos. Cuando nadie se atrevía a venir, MSF y la Cruz Roja nunca los desampararon. Sin embargo, mucha parte de la población actual lleva años sin ver televisión ni oír radio (porque los talibanes lo prohibían) y no saben distinguir bien quién es un gringo y quién no. Hay múltiples incidentes por confusiones fatales, porque a los militares les dio ahora por ponerse de humanitarios y reparten dos o tres cobijas para tomarse fotos y hacerle creer al mundo que vienen a ayudar mucho. Este hecho hace que la población no tenga muy claro quién es quién y cualquier mono ojiazul es un potencial militar. Hoy por hoy en Kabul hay 300 ONG, más el ejército gringo, más el ejército de Naciones Unidas, ISAF. Entre las 300 ONG hay toda clase de locos: cristianos fundamentalistas evangelizadores que creen realmente que lograrán hacer algo, ONG médicas muy buenas, ONG farmacéuticas excelentes, ONG feministas como Women for Women, ONG para la reconstrucción de carreteras, hay ONG de todo tipo con expats de toda índole tratando de sacar este país a flote de alguna manera.

Pues bien, MSF tiene las reglas de seguridad más estrictas de todas las ONG, y nos llaman constantemente para preguntarnos cómo son nuestras reglas para copiarlas porque tenemos una mortalidad de expats realmente bajita cuando consideramos las leoneras en donde nos metemos. El viernes pasado, una mujer y un hombre de G TZ (es la ONG del gobierno alemán, que se dedica a reconstruir escuelitas y hospitales) salieron en el carro de Unicef a ver una obra a diez kilómetros de mi casa y a tomar fotos y fueron atacados por unos afganos. Aparentemente se los llevaron, les robaron todo, torturaron un poquito al hombre y violaron a la pelada que, además, es psicóloga. Para mí es particularmente duro porque ellos son los que están reconstruyendo mis cliniquitas y construyendo las maternidades y, además, los conozco. Son unas buenas personas. A todos se nos partió el corazón porque es un acto de agresión que nos enfrenta a la triste realidad de lo supremamente vulnerables que somos al vivir aquí. Uno se puede hacer pajazos mentales y decir que fue porque no fueron cuidadosos, pero en realidad nada justifica estos actos. La pelada estaba vestida con ropa de Occidente (nosotros nunca salimos a la calle sin shwar kamize y sin velo) pero el ataque fue claramente para ellos porque pararon el carro y se los llevaron a los dos. Afortunadamente no los mataron.

Cuando Karzai (el presidente) se enteró de lo ocurrido, llamó a G TZ y le dijo a Walter (el jefe de G TZ que, además, es el alemán más dulce de los dulces) que iba a mandar a la esposa para que hablara con la pelada violada. La mayoría de los afganos están muy avergonzados porque para ellos los invitados son lo primero. Parece que este acto fue planeado por un comandante del ejército bajo el mando de Fajim (el ministro de Defensa) para crear pánico en las instituciones que están ayudando a reconstruir a Afganistán y desestabilizar al gobierno de Karzai. Fajim y Karzai se detestan, pero esto es de esperarse si consideramos que Karzai es una marioneta de Estados Unidos y Fajim un militarote. De alguna manera lo están logrando porque al llenar de pánico a los expats logran que el país pierda el apoyo internacional. Este comandante hijo de puta sabe muy bien que violando a las mujeres les hace un gran mal a las relaciones de las ONG con el gobierno porque los países desarrollados cuidan mucho a sus mujeres, así que violando y no matando el daño es más significativo políticamente. De todas maneras, Dalila y yo fuimos a hablar con Walter y a ofrecerle nuestro apoyo, tanto en calidad de colegas expats y de psiquiatra y ginecóloga respectivamente. No es fácil vivir con el creciente temor de ser un blanco político cuando la mayoría de nosotros vinimos aquí a realizar trabajo humanitario.