A medida que pasan los días me doy cuenta cada vez más de que este pueblo es muy distante geográficamente del mío pero muy cercano antropológicamente hablando. No sé si es que mi nostálgico cerebro va encontrando asociaciones donde no las hay o si hay universales que rigen el comportamiento de los pueblos primitivos. Los afganos son habitantes de las montañas, como los colombianos. Han estado en guerra desde hace muchos años, como los colombianos. Son títeres políticos, como los colombianos. Producen tanta heroína como los colombianos cocaína. Producen tanto hachís como los colombianos coca. Son tan orgullosos como los colombianos. Están tan estigmatizados como los colombianos. Son tan juguetones como los colombianos. Son tan primarios como los colombianos (si en la calle se chocan dos carros también se sacan pistolas). Tienen esa malicia indígena de la que carecen los europeos y los gringos pero que sí tienen los colombianos.
Tienen grandes camiones llenos de dibujitos y colores, que son idénticos a las chivas. Bailan y comen como los colombianos (o sea en grandes cantidades y con muchas ganas), pero no beben, a diferencia de estos. Hacen chistes picantones, que obviamente los europeos no entienden. Lo más asombroso es que tienen dichos para todo y son exactos a los nuestros. Por ejemplo, al despedirse dicen «vaya con Dios»; para dar las gracias dicen «Dios le pague». Tienen un dicho igual al de que el que escupe hacia arriba en la cara le cae. Mejor dicho, es como si el lenguaje de los pueblos primitivos estuviera muy fundamentado en las historias, los proverbios y las comparaciones (cosa que nunca les he oído hacer a los europeos). Algunas veces les hablo como si yo fuera de Jericó, en términos muy antioqueños, pero traducidos al inglés, y me entienden mucho mejor las ideas que les quiero transmitir que si les hablo con claridad y sin proverbios o ejemplos. Ah, les cuento también que el dari usa más o menos los mismos fonemas que el español, o sea que las pocas palabras que logro hablar no son tan difíciles y no me suenan tan mal. Como mis traductores aprendieron inglés británico entienden mejor si hablo con acento paisa que si lo hago con acento americano. Si me oyeran hablar pensarían que yo soy el señor hindú que maneja el Seven-Eleven de Los Simpsons.
En un continuo cultural, si ponemos a los afganos en un extremo y a los franceses en el otro, yo me ubicaría mucho más cerca del extremo afgano. Pero bien, supongo que la capacidad de ambos pueblos para sobrevivir épocas prolongadas de violencia los hace tener comportamientos similares.