Escena I

OLGA, vestida con el uniforme azul de profesora de un colegio de niñas, corrige, de pie y andando, los cuadernos de sus alumnas. MASCHA, de negro, y sentada, con el sombrero descansando sobre las rodillas, lee en un libro. IRINA, de blanco, está de pie, en actitud pensativa.

OLGA.— Hoy hace un año justo que murió nuestro padre… Exactamente en este cinco de mayo, Irina, día de tu santo… Hacía mucho frío y nevaba… Creí entonces no poder sobrevivir a aquello… Tú te habías desmayado y estabas tendida como una muerta… Ha pasado un año, sin embargo, y ya nos es fácil recordarlo… Ahora vistes de blanco y tu cara resplandece. (Dan las doce). ¡También entonces sonó el reloj…! Recuerdo que se llevaron a nuestro padre con música, y que en el cementerio se dispararon salvas… Aunque era general de brigada, el acompañamiento fue muy numeroso… ¡Verdad que caían a cántaros la lluvia y la nieve…!

IRINA.— ¿Para qué recordarlo?