Resulta que aguanta mucho tiempo.
Mucho tiempo, una y otra vez, la mano mantiene a Boone bajo el agua hasta que los pulmones están a punto de estallarle y después lo vuelve a sacar a la superficie, mientras Boone inhala todo el aire que puede por la nariz, y después lo vuelve a sumergir.
Lo repiten durante varios ciclos, hasta que el tío pregunta:
—¿Dónde están?
Sin esperar la respuesta, le vuelve a meter la cabeza bajo el agua.
Cuando levanta otra vez a Boone, repite la pregunta:
—¿Dónde están los documentos que ella te dio?
Se agacha y le despega la cinta adhesiva de la boca.
—Dímelo y acabamos de una vez.
«En cuanto te lo diga —piensa Boone—, estoy muerto.»
Entonces mueve la cabeza de un lado a otro y abre la boca para tragar una bocanada de aire antes de que el tío lo empuje abajo otra vez. Boone forcejea y se sacude para tratar de soltarse, pero no lo consigue, de modo que se detiene, sabiendo que está quemando un aire precioso. Entonces se queda quieto y trata de relajarse, porque sabe que lo sacarán del agua antes de que llegue a ahogarse.
No pueden conseguir lo que quieren si estoy muerto, se dice a sí mismo.
Y no saben con quién están jugando.
El campeón de aguantar la respiración del Club del Amanecer. Practicamos esto, capullo. Vamos hasta el fondo, recogemos piedras pesadas y caminamos.
Yo venzo a Johnny Banzai…
Al Marea Alta…
Al jodido de David el Adonis…
Hasta a Sunny Day…
Entonces su cuerpo pasa por encima de su mente y sus pies empiezan a sacudirse como los de un ahorcado y lo vuelven a izar. Coge un poco más de aire, mientras Jones le dice:
—Lo que haces es una insensatez.
Y vuelve a empujarlo hacia abajo.
Dicen que ahogarse es una muerte apacible.