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—Hola, donjuán —dice Becky y sonríe a Boone.

—Hola, Becky.

—¿A quién vienes a ver? —pregunta—. ¿Tienes cita o se trata de una visita espontánea para…?

—Ya vale. ¿Está ella?

—Hoy es tu día de suerte.

Llama por el interfono a Petra, que sale a recepción. La sigue a su despacho y le cuenta lo que ha averiguado sobre Paradise Homes, la sociedad de responsabilidad limitada.

—¿De modo que Paradise Homes podría estar en deuda por todo ese dinero? —dice ella.

—Y la cuestión siguiente es: ¿Quién es Paradise Homes? —pregunta Boone—. Es una sociedad de responsabilidad limitada. ¿Quiénes son los socios?

—Eso lo puedo averiguar desde aquí —dice ella.

—Pero ¿no estás ocupada con el caso Blasingame?

—Nichols también es cliente nuestro —dice Petra—. Además, por ahora no hay gran cosa que hacer, salvo esperar a que Mary Lou decida cómo quiere seguir adelante.

Resulta que ella es toda una experta con el teclado. Con una taza de té en una mano y el ratón en la otra, ¡cómo se menea! Tarda tres horas, pero da con la respuesta. Se echa hacia atrás y señala la pantalla.

—Como se suele decir —anuncia—, ¡válgame Dios!

A Boone le viene de golpe a la memoria.

En la oficina de Blasingame, cuando lo interrogaba sobre Corey.

—¿Aquel puñetazo? Fue la primera vez en su vida que Corey llevó algo a cabo hasta el final.

Entonces sonó el interfono y era la guapa recepcionista, Nicole.

—Me pidió que le recordara que tiene una entrevista con Phil en la obra…

«No —piensa Boone—, no puede ser.»

¿Podría ser?

Bill Blasingame es el socio principal de Paradise Homes.