95

Boone se incorpora, en cambio, a la Hora de los Caballeros.

Se cae de espaldas al ver a Dan en la zona de arranque.

—Yo no he sido —dice Dan, después de remar hasta colocarse al lado de Boone.

—Sí, eso has dicho.

—No me crees —dice Dan.

—¿Qué más da lo que crea yo? —dice Boone—. Oye, que ya te he puesto en contacto con un buen abogado. Yo ya no tengo nada que ver.

«Aunque en realidad no es así —piensa—. Como mínimo, tendré que declarar y, probablemente, testificar acerca de mi papel en todo este asunto. Y hay un policía que pretende que me pagaste para que matara al amante de tu mujer.»

Y ha muerto un hombre.

Aparentemente, sin ninguna razón de peso.

Parece que eso pasa mucho en San Diego últimamente.