—¿Boone qué?
La voz chirría un poco en el interfono barato, pero se entiende con suficiente claridad.
—Lo lam…
El interfono se apaga con un clic.
Vuelve a apretar el botón.
—Estoy a punto de llamar a la policía.
—¡Qué curioso! —dice Boone—. Hablando de la policía…
Se ha desconectado.
Vuelve a llamar.
—Vete, Boone.
—Me detuvieron por sospecha de asesinato.
Después de una pausa, se oye un zumbido: ella lo deja entrar.