ESTE plato parece muy sencillo y que no necesita explicación, y a mis lectoras les diré que es el más difícil para ser bien presentado. Cortadas las rebanadas de merluza o el pescado que se quiera, lavado y puesto a escurrir con sal, que la tome por todas partes igual; en el momento de servirlo se tiene aceite en la sartén bien caliente y con un papel de estraza o un paño se seca bien el pescado, se envuelve en harina y se fríe, no dándole vuelta a la tajada hasta que se comprenda que está frita, porque no volviéndola más de una vez no se deshace; si se quiere freír con huevo, preparado todo de la misma manera, se quita el hueso del medio (entonces ha de ser merluza que no sea de la cola), se une bien la tajada, se envuelve en harina, luego en el huevo, y se sirve bien caliente.