EN una cazuela se pone manteca, cebolla menudita y tomate no muy abundante: ya se tiene el conejo lavado, cortado a trozos y frito en harina, y en el frito del tomate se deja que rehogue bien. Se hace una picada de almendras y se añade una cáscara de limón. Se tienen unas hojas de escarola blancas dadas un hervor y bien escurridas y secas; se bate unos huevos como para hacer tortilla; con un polvo de harina se unen tres o cuatro hojas de escarola, se untan de huevo y se hacen unas tortillitas a la francesa que se van colocando alrededor de la cazuela; se deja hervir un rato y se sirven. No se tiene que olvidar de poner el limón, que es la gracia de este guisado.