SE deslíen diez yemas de huevo, dos cuartillos de leche y se mezcla perfectamente con media libra de chocolate disuelto con agua, se sazona a gusto del paladar y se pone a fuego lento, meneándolo sin cesar hasta que tome un regular espesor. Se retira del fuego para dejarlo enfriar y después se pone en la heladora para helar de la misma manera que los demás helados.