Macarrones a la New-York

CÓJASE una cacerola, póngase bastante manteca, cebolla bien picada, tomates asados sin piel, bien picados y abundantes; a medio freír se le echa pedacitos de jamón, la cantidad que se quiera, y cuando todo está bien frito se echan los macarrones, que ya se tienen hervidos de antemano y puestos a escurrir; éstos se hierven con leche y se van echando los macarrones en el frito del tomate, dándole vueltas para que coja bien el gusto y color, se van moviendo echándoles queso, que ya se tiene rallado; después que ya se ha movido bastante rato que está el queso pegado al macarrón, se tiene reservada una salsa de carne asada o de fricasé, pero la mejor es la de lengua, y con esta salsa se cubren los macarrones y se ponen al horno hasta el momento de servirlos, que se servirán con la misma cacerola. Este guiso es exquisito.