AGRADECIMIENTOS

La autora desea agradecer su inestimable ayuda a las siguientes personas: Steven Humphrey; Sam Eaton, abogado del Bufete Eaton & Jones; John Mackall, abogado, de Seed Mackall LLP; Bill Turner, inspector (retirado) del Departamento del Sheriff del Condado de Santa Barbara; Deborah Linden, jefa de policía de San Luis Obispo; Mary Ellen Tiffany, vicepresidenta de Desarrollo Comercial del banco Montecito Bank & Trust; Penny Braniff y Krys Jackson, de la Asociación de Propietarios de Hope Ranch Parle; agente especial Leane Blevins, de la oficina de Ventura del FBI; Lisa Lowseth, veterinaria; Amy Taylor, auxiliar de veterinaria, de Cat Doctors; Susan Burke, bibliotecaria del colegio Laguna Blanca; Diane Miller, vicerrectora de la Escuela Helen Bader de Trabajo Social, Universidad de Wisconsin, Milwaukee; Kevin Frantz; Sally Giloth; Tracy Kanowsky; Suzanne Perkins; Steve Tipton; Kim Showalter; Jamie Clark; Susan Gulbransen; Joanna Barnes y Sue Parles.

Agradezco especialmente a Margie y Keith Kirkendall y a los médicos Patricia L. Erbe y Jeffrey Grill, el que me hayan permitido usar sus nombres.