[1] Dice entre otras cosas: «… la risa ha perecido y no se ha vuelto a dar. La aflicción ronda por el país, mezclada con lamentos… El país se ha entregado al hastío…, el trigo ha perecido por todas partes… El granero está vacío y quien lo custodiaba yace cuan largo es sobre el suelo…». <<
[2] «Actúa mejor que tus predecesores mantén la armonía entre tus súbditos y tú, para que no sucumba el temor.» <<
[3] «Ten cuidado con tus subordinados…, no confíes en tu hermano, no conozcas al amigo y no intimes con nadie.» <<
[4] Así reza una traducción parcial del himno:
«Tú estás en mi corazón
Y no hay nadie más que te conozca
Salva a tu hijo…
El mundo existe por tu mano…
Tú eres la vida para ti mismo
Todos viven a través de ti…
Ya que tú creaste la tierra
Y los haces crecer para tu hijo,
Que emergió de tu cuerpo:
El rey… Ajenatón…
Y su Esposa Principal… Nefertiti…».<<
[5] Las iniciales d. C. significan «después de Cristo», y se aplican a los años posteriores al nacimiento de Jesús. A partir de ahora en este libro indicaremos estos años sin poner iniciales. Los años anteriores al nacimiento de Jesús llevarán, como siempre, las iniciales a. C. («antes de Cristo»). <<
[6] El autor escribe en 1967; por ello, no recoge la muerte de Násser en 1970; la subida al poder de Anwar al-Sadat; la nueva guerra árabe-israelí de 1973 —en la que los egipcios consiguieron por primera vez éxitos militares—, y el gran giro de la política egipcia, patrocinado por Sadat, que ha significado la ruptura con la URSS, el acercamiento a Occidente y el tratado de paz egipcio-israelí, con la oposición de la mayoría de los países árabes, en 1978-1979. <<