UN PARADIGMA
Examinen el siguiente intercambio entre una paciente (P) y un terapeuta (T):
P. «Tengo un nuevo proyecto: ser puntual».
T. «Trataré de cooperar».
P. «No importa lo que usted haga, yo lo hago por mí misma… ¡Adivine qué calificación obtuve en mi prueba de historia!».
T. «B».
B. «¿Cómo lo supo?».
T. «Porque usted tiene miedo de obtener una A».
P. «Sí, tenía A, pero releí la prueba y taché tres respuestas correctas y puse tres equivocadas».
T. «Me gusta esta conversación. Está libre de tonto».
Y. «Sabe usted, anoche estuve pensando en lo que he progresado. Calculé que ya sólo soy tonta en un 17%».
T. «Bueno, esta mañana está en cero, así que tiene derecho a un 34% de descuento en el siguiente round».
P. «Todo empezó hace seis meses, estaba mirando la cafetera y por primera vez la vi realmente. Y usted ya sabe cómo están las cosas ahora, cómo oigo cantar a los pájaros, y miro a la gente; la gente está realmente ahí como personas, y, lo mejor de todo, es que yo estoy realmente ahí. Y no sólo estoy ahí, sino que ahora, en este momento, estoy aquí. El otro día estaba parada en una galería de arte mirando una pintura, y un hombre se acercó y dijo: “Gaugin es muy delicado, ¿no es verdad?”. Así que yo comente: “A mí también me gusta usted”. Entonces salimos y tomamos una copa; él es muy simpático».
Este ejemplo es presentado como una conversación libre de tonto y libre de juegos, entre dos Adultos autónomos, con las siguientes anotaciones:
Desafortunadamente, durante el resto de la hora, el 17% de tonta que quedaba en la paciente y el 18% que quedaba en el terapeuta, se asomaron, de rato en rato. Resumiendo, los procedimientos dados constituyen una actividad aligerada con algo de pasatiempo.