JUGADORES
Muchos juegos se llevan a cabo más intensamente por personas perturbadas; hablando generalmente, mientras más perturbadas están, más inflexiblemente juegan. Es curioso, sin embargo, que algunos esquizofrénicos parecen negarse a jugar, y demandan sinceridad desde el principio. En la vida diaria hay dos clases de individuos que juegan con más convicción: los resentidos y los tontos o bobos.
El resentido es un hombre que está encolerizado contra su madre. Sometido a investigación, surge que ha estado resentido con ella desde la primera infancia. Can frecuencia tiene buenas razones «infantiles» para su resentimiento, como por ejemplo: ella puede haberlo «abandonado» durante algún período crítico de su niñez, enfermando y yendo a internarse en el hospital, o teniendo demasiados hijos. A veces el abandono es más deliberado: ella puede haberlo enviado a vivir con otras personas para poder volver a casarse. En cualquier caso, él ha estado resentido desde entonces; se ha hecho más huraño. No le gustan las mujeres aun cuando sea un Don Juan. Ya que el resentimiento es deliberado al principio, la decisión de estar resentido puede ser anulada en cualquier época de la vida, tal como lo hacía de niño cuando llegaba la hora de la comida. Lo que se requiere para esta anulación, tanto para el adulto «malhumorado» como para el niño, es que pueda salvar su dignidad y que le sea ofrecido algo que valga la pena a cambio del privilegio de estar malhumorado. A veces un juego de «Psiquiatría», que en otra forma podía durar varios años, puede ser abortado anulando la decisión de gruñir. Esto requiere cuidadosa preparación del paciente y oportunidad y enfoque apropiados. Torpeza y amenazas por parte del terapeuta pueden no tener mejor resultado que con un niño resentido; a la larga, el paciente se vengará del terapeuta por su torpeza, tal como el niño se vengará eventualmente de los padres por las de éstos.
Con los «Resentidos» femeninos la situación es la misma, mutatis mutandis, si están resentidas con el padre. Sus juegos «Pierna de palo» («¿Qué se puede esperar de una mujer con un padre así?») deben ser manejados aun con más diplomacia por un terapeuta masculino, pues éste corre el riesgo de ser tirado al canasto de «hombres que son como papá».
Hay un poco de tonto en todos los individuos; el objeto del análisis de juegos es conservarlos al mínimo. Un tonto es alguien demasiado susceptible a las influencias Paternales. De ahí que su objetividad de Adulto y su espontaneidad de Niño sean susceptibles de interferencia en los momentos críticos, dando por resultado un comportamiento inapropiado o torpe. En casos extremos el tonto se mezcla con el adulador, con el presumido y con el «arrimado». No hay que confundir al tonto con el esquizofrénico aturdido, que tiene un Padre que no actúa y un Adulto que lo hace muy poco, así que tiene que enfrentarse al mundo en el estado del ego de un Niño confundido. Es curioso que en inglés común el despectivo «Jerk», que para nosotros es tonto, se usa casi exclusivamente para el hombre, y raras veces para la mujer hombruna. En cambio «Prig», que significa falta de criterio, se usa para las mujeres preferentemente o para los hombres afeminados.