De un modo u otro, todos aquellos que han formado parte significativa de mi vida me han ayudado a recorrer este camino, y a todos les estoy agradecida, pero quiero dar las gracias en especial a las siguientes personas:
A Rosemary Stimola, mi encantadora agente, que nunca se rinde: gracias por arriesgarte conmigo.
A Mary-Theresa Hussey, mi asombrosa editora, y a Natashya Wilson, directora editorial de Harlequin Teen: las dos habéis sido un apoyo maravilloso, y me apetece muchísimo seguir embarcada en este viaje con vosotras.
A los muchos maestros que he tenido a lo largo de los años, y especialmente a Terry Brooks, Jim Burnstein, Kathy Churchill, Larry Francis, Wendy Gortney, Kim Henson, Chris Keane, Bob Mayer, Mike Sacks y John Saul. Al enseñarme a contar una historia, me habéis enseñado quién soy.
A Shannon y a John Tullius: vuestro apoyo incansable me hizo concebir la esperanza de no ser quizá tan mala como pensaba.
A Sarah Reck y Caitlin Straw, las mejores amigas y primeras lectoras que pueda haber.
A Melissa Anelli, la mejor animadora del mundo.
Y a Jo, que cambió mi vida con solo vivir la suya.
Muchísimas gracias por todo.