En el curso de esta narración aparecen muchos «personajes» prestando determinados servicios o realizando ciertas actividades —públicas o privadas, civiles o militares, o eclesiásticas— en lugares concretos y en fechas precisas. Es necesario advertir que dichos «personajes» totalmente imaginarios, no guardan relación alguna, ni siquiera como fuente lejana de inspiración, con las «personas» que en aquellos sitios y en aquellas fechas ocupaban real y verdaderamente aquellos puestos o prestaban aquellos servicios.
Los tipos humanos, las instituciones, los organismos, las leyes, los cargos civiles o administrativos, no pretenden servir a la verdad histórica, sino a la pura narración literaria. Cualquier coincidencia de nombres, ocupaciones, fechas, etc., es puramente fortuita.
Todo cuanto discurre y transcurre en esta obra es producto de la fantasía. Y si el autor no niega que haya acaecido en la realidad, es porque ha puesto tanto empeño en su verosimilitud que, a su juicio, todo cuanto en ella se narra hubiera podido verdaderamente acontecer.