Manuscrito encontrado en un cajón
Para no dejar el libro encima de la mesa de mi cuarto, expuesto al examen de las manos supuestamente limpias de los sirvientes del hotel, abrí con cierto esfuerzo el cajón y lo metí allí, empujándolo hacia el fondo. Topó con algo, pues el propio cajón no era poco profundo.[2]