EPÍLOGO

Mi avión llegó al aeropuerto internacional Kennedy de Nueva York el viernes 24 de octubre de 1975. Papá había ido a recibirme con mi hermano Rob y mi abogado Mike Griffith. Mamá y Peg se quedaron en casa. Deseaban saludarme en privado.

Los cuatro descendimos la escalera hacia el salón de la terminal de la Pan American para ser entrevistado por la prensa. Mantuve un brazo alrededor de los hombros de papá mientras respondía las preguntas. Fue fácil sonreír para las cámaras.

Pasé las semanas siguientes gozando de mi libertad con mi familia y mis amigos. Comí pizza, hamburguesas, batidos de vainilla y langosta.

Caminé por las calles de Nueva York con los ojos muy abiertos. Anduve en la bicicleta de papá por las calles arboladas de North Babylon. Y fui a ver la primera película en cinco años: Tiburón.

Luego me entrevisté con varios de los agentes literarios, editores y productores de Hollywood que habían llamado. Este libro es el resultado de esos encuentros. Con el pago anticipado pude cancelar la segunda hipoteca que pesaba sobre mi casa. Envié de vacaciones a mis padres a California. Ahora estoy saldando el resto de un viejo préstamo que recibí cuando estudiaba en Marquette y con el tiempo devolveré todo el dinero que papá gastó con los abogados turcos y en sus viajes. Ahora que el libro está terminado estoy haciendo planes para dedicarme a los negocios.

Lillian estaba en las montañas de la Columbia Británica cuando me escapé, y sólo se enteró dos semanas después que yo llegara a casa. Vino a Nueva York. Pasamos buenos momentos juntos, pero pronto comprendimos que las imágenes que nos habíamos formado durante cinco años no se ajustaban a la realidad. Ella se fue a Europa y ahora está viajando por Asia.

Johann volvió de su viaje a Afganistán y aún vive en Estambul.

Arne ha formado una orquesta. Los músicos equiparon un viejo ómnibus londinense de dos pisos y ahora se dirigen a la India.

Charles está de regreso en Chicago; escribe poesía y trata de que publiquen su libro.

Popeye vive en Israel.

Max cumplió su condena pocos meses después de mi fuga.

Nunca volví a tener noticias de Joey.

Harvey Bell, Robert Hubbard, Kathy Zenz y Jo Ann McDaniel están todavía en la cárcel de Adana, Turquía.

Getchmís, que pase pronto.

Billy Hayes

5 de agosto de 1976