II

—Con cuidado, despacio… Bajo la cabeza… ¡Que alguien le sujete la cabeza!

—¡Aquí, aquí, al carro!

—Por los dioses, se va a desangrar… Don Yurga, la sangre le brota de los vendajes…

—¡No habléis! ¡Venga, adelante, Púber, deprisa! Con el zamarrón cúbrelo, Vell, ¿no ves cómo tirita?

—¿Y si le echo un poco de orujo en los morros?

—¿Estando inconsciente? ¡Estás zambombo, Vell! Pero trae acá el orujo, algo he de beber… ¡Perros, cacho puercos, cobardes de mierda! ¡Mira que salir pitando, mira que dejarme solo!

—¡Don Yurga! ¡Algo dice!

—¿Qué? ¿Qué dice?

—Algo poco claro… No sé qué nombre de alguien…

—¿Cuál?

—Yennefer…