Recetas afrodisíacas
de Panchita
(con comentarios míos)

Mi madre es una señora de estilo clásico y tendencia a la moderación. Al crear estas recetas tuvo la prudencia de probarlas una a una; durante meses agonizó con cada cucharadita de mantequilla y ramo de perejil, en un afán desproporcionado de alcanzar la perfección. Después me tocó ponerlas en la computadora y en el proceso confieso que hice unos pequeños cambios. Allí donde Panchita indicaba tres gotas de licor, yo puse un chorro, porque en mi experiencia cianuro es lo único que en tres gotas produce efecto. Tal vez es un problema generacional: en la época de mi madre los caballeros reaccionaban con estímulos sutiles, pero en la mía lo nacen sólo a garrotazos. Aclarar este punto me parece muy importante porque no le di a Panchita oportunidad de leer el texto final. Cualquier error, por lo tanto, no es responsabilidad suya, sino enteramente mía. Si alguna receta no le resulta, paciente lectora o lector, prefiero que mi madre no lo sepa. A su edad no lo resistiría. Escríbame y yo le mandaré las humildes excusas del caso.