ENTONCES Hafez prosiguió en estos términos: «Lo que voy a deciros, sabio Derviche, nos alejará poco del tema de nuestra conversación. Sabéis que el Emir de Alomara que reina en Bagdad, ha establecido un derecho de veinticuatro por ciento sobre todos los granos que embarquemos en el Tigris. De modo que cerca de un cuarto de los habitantes de Mossul no trabajan más que para él. Ahora bien, decidme si nosotros nos tomamos la libertad de no embarcamos en ese río ¿qué sucedería?». «Sucedería (contestó Bektasch) que vuestro país rebosaría de productos y que si intentarais que reinara la justicia tanto como la abundancia, veríais muy pronto como se establecían las mismas manufacturas que en Bagdad cuesta tanto sostener y estarían mejor pagados que estimulados».