ENTONCES Bektasch dijo a Hatem: «Señor, habéis satisfecho la curiosidad del señor Hafez, pero yo no he venido tanto para asegurarme de vuestra generosidad como para comparar sus efectos, porque yo soy Hadgi Bektasch, el fundador de la Orden de los Derviches Bektaschi que sólo viven de las caridades que les hacen los musulmanes». Hatem le dijo: «Estos cien camellos que quería vender a El-Caif, llévatelos y véndelos tu mismo para tu provecho. Podría darte más, pero la limosna es como el agua del cielo que si cae toda en el mismo lugar se convertiría en dañina más que beneficiosa, pero separada en gotas y derramándola en forma de lluvia, fertiliza a toda una región».