Sobre los cuervos:

[…] no sabe qué es la delicadeza, qué es la pena, ni sabe qué es el remordimiento; su vida es un largo estruendo de alegría desenfrenada, y cuando le llegue la hora se lanzará de cabeza a su muerte, convencido de que no tardará en resurgir como autor o quién sabe qué otra cosa, y que en ese estado se encontrará incluso más insultantemente capacitado y mejor situado de lo que estuvo en esta vida.

MARK TWAIN, Viaje alrededor del mundo, siguiendo el ecuador