XXIV

EL CANAL

En algún lugar del sueño hay un paraje maldito

Donde altos edificios deshabitados se apiñan a lo largo

De un canal estrecho, sombrío y profundo, que apesta

A cosas horrendas arrastradas por corrientes grasientas.

Callejones con viejos muros que se tocan casi en lo alto

Desembocan en calles que uno puede conocer o no,

Y un pálido claro de luna arroja un brillo espectral

Sobre largas hileras de ventanas, oscuras y muertas.

No se oyen ruidos de pasos, y ese sonido suave

Es el del agua grasienta deslizándose

Bajo puentes de piedra y por las orillas

De su cauce profundo, hacia algún vago océano.

Ningún ser vivo podría decir cuándo arrastró esa corriente

Del mundo de arcilla su región perdida en el sueño.