XXIII

ESPEJISMO

No sé si existió alguna vez

Ese mundo perdido que flota oscuramente en el río del Tiempo,

Pero lo he visto a menudo, envuelto en una bruma violeta

Y brillando débilmente al fondo de un sueño borroso.

Había extrañas torres y ríos con curiosos meandros,

Laberintos de maravillas y bóvedas llenas de luz,

Y cielos llameantes cruzados por ramas, como los que tiemblan

Ansiosamente momentos antes de una noche invernal.

Grandes marismas llevaban a costas desiertas con juncales

Donde revoloteaban aves inmensas, y en una colina ventosa

Había un pueblo antiguo con un blanco campanario

Cuyos repiques vespertinos resuenan aún en mis oídos.

No sé qué tierra es ésa… ni me atrevo a preguntar

Cuándo o por qué estuve, o estaré allí.