XIX

LAS CAMPANAS

Año tras año oí aquel tañido débil y lejano

De graves campanas traído por el viento negro de media noche;

Extraños repiques, que no venían de ningún campanario

Que pudiese descubrir, sino como de más allá de un gran vacío.

Busqué una pista en mis sueños y recuerdos,

Y pensé en todos los carillones que albergaban mis visiones;

Los de la apacible Innsmouth, donde las blancas gaviotas planeaban

En torno a una aguja que conocí antaño.

Siempre perplejo seguí oyendo caer aquellas notas lejanas

Hasta una noche de marzo en que la lluvia fría y desapacible

Me hizo franquear de nuevo las puertas del recuerdo

Hacia las viejas torres donde tañían badajos enloquecidos.

Tañían… pero desde las corrientes sin sol que fluyen

Por valles profundos hasta verter al lecho muerto del mar.