XVI

LA VENTANA

La casa era vieja, con alas caprichosamente enmarañadas

Cuya disposición nadie conocía a ciencia cierta,

Y en una pequeña estancia hacia la parte trasera

Había una extraña ventana cegada con piedra antigua.

Allí, en una infancia atormentada por los sueños, solía ir

Siempre solo cuando reinaba la noche vaga y negra,

Apartando telarañas con una curiosa falta de miedo

Y sintiéndome cada vez más maravillado.

Más tarde llevé allí a los albañiles

Para descubrir qué vista habían rehuido mis lejanos antepasados,

Pero cuando perforaron la piedra entró impetuosa

Una ráfaga de aire del vacío ignoto que se abría al otro lado.

Entonces huyeron… pero yo me asomé y encontré desplegados

Todos los mundos salvajes que me habían revelado mis sueños.