A Justine la detuvieron y acusaron de dos homicidios en primer grado, aparte de otros tantos delitos menores para darle colorido al asunto. Edna y Ruel convencieron a Cornell de que contratara a un abogado, y este, a su vez, convenció a Cornell de que hiciera un trato con el fiscal del distrito. Después de todo, él no había tenido nada que ver con el asesinato de Charisse Quinn ni había participado en la muerte de Mofletes Clifton. El sábado que fui a hablar con Justine, a ella le dio un ataque de pánico y le pidió a su marido que la ayudara a trasladar el cadáver de Mofletes y a enterrar después la palanca con la que lo había matado. Cornell se declaró culpable de complicidad con posterioridad y se le condenó a un año de cárcel. Edna y Ruel se hicieron cargo de Amelia, Mary Francis y Cissy McPhee hasta que saliera el padre de prisión.
El móvil de Justine fue difícil de dilucidar. Había matado a Charisse porque esta había seducido a Cornell y tratado de arrebatarle la vida que ambicionaba. Fue Mofletes quien robó el Mustang y transportó el cadáver en el maletero. Mientras Justine recogía las ropas de la muerta y escribía una nota falsa, donde teóricamente Charisse explicaba que se marchaba, Mofletes fue a Lompoc y tiró el cadáver en la cantera de la que le había hablado Iona. Justine esperó una semana y entonces llamó a la oficina del sheriff del condado de Riverside, fingió ser la madre de Charisse y aseguró que su hija estaba en casa y perfectamente.
Cuando Mofletes apareció en Quorum con la noticia de que la investigación se había reabierto, Justine se vio obligada a eliminarlo. Había buscado la ayuda de Cornell para deshacerse del cadáver de Mofletes del mismo modo que antes había conseguido la de Mofletes para deshacerse del de Charisse. Era un cadáver demasiado pesado para transportarlo ella sola. El día que la sorprendí en el cuarto de la lavadora, lo que quería limpiar era la sangre y los sesos de Mofletes prendidos a su ropa. Más tarde se me ocurrió que lo de las puertas abiertas en casa de Medora también había sido obra de Justine, una forma de crear una oportunidad para sonsacarme información sobre el estado de la investigación.
Por una vez en la vida, Frankie Miracle resultó inocente de un crimen del que era sospechoso, un hecho que en cierto modo contribuyó a mejorar sus perspectivas.
Al acercarse la fecha del juicio, el abogado de Justine solicitó un cambio de jurisdicción, alegando que la acusada nunca tendría un juicio justo en el condado de Riverside después del circo que habían organizado los medios informativos a raíz de su detención. Me encanta que los asesinos discutan sobre lo que es justo o no.
Y por pasar a asuntos más domésticos, Stacey sigue viviendo con Dolan y les va sorprendentemente bien. Los dos gozan de buena salud, han limitado el consumo de tabaco y de comida basura y no paran de quejarse del otro, como hacen los buenos amigos. En cuanto a mí, he vuelto a mi nuevo despacho de Santa Teresa y he desempaquetado las cajas de la mudanza mientras espero a ver qué otras cosas me depara la vida.
Atentamente,
Kinsey Millhone