A las tres de la tarde iniciaban su jornada laboral los obreros de la casa de enfrente. Eran un pequeño grupo de ocho trabajadores distribuidos de la siguiente forma: un capataz, un jornalero experimentado de cincuenta años de edad y treinta años dedicados a la construcción. Tres hermanos albañiles de veinticinco, veintiocho y treinta y un años de edad. Cuatro peones de origen ecuatoriano, recién incorporados a la empresa de construcción.
A esas horas no había nadie en la calle. El silencio era total.
Y cuando uno de los ecuatorianos se disponía a rebozar una de las paredes del comedor, cogiendo agua del barril que utilizaban a modo de depósito, se sorprendió cuando en su interior topó con un pañuelo de tela que envolvía algo duro. Dentro se hallaba el punzón de plástico que había arrojado el cirujano Pedro Moreno Fuentes el viernes por la noche. El obrero lo sacó del barril sin atreverse a desenvolverlo. La tela lo recubría por completo.
—Raimundo, mire lo que he encontrado en el tonel de agua —le dijo al capataz mientras se lo enseñaba en la palma de su mano derecha.
Los demás obreros prestaron atención al hallazgo y se arremolinaron alrededor del joven, que sostenía la pieza como si de una reliquia se tratara.
El precavido encargado de la obra lo cogió con cautela. Miró a los demás con recelo, como pensando que aquello que iba a abrir no presagiaba nada bueno. «¿Qué será?», pensó, y seguidamente se dispuso a destaparlo. Lo desenvolvió con sumo cuidado, como si dentro hubiese un pajarillo al que temiera lastimar. El pañuelo tenía inscritas unas iniciales: PM. Se lo había regalado hacía tiempo Rosa, la mujer de Álvaro, al cirujano Pedro Montero.
—Lo entregaré al jefe de policía —afirmó el encargado mientras volvía a tapar el objeto puntiagudo.
Los demás quisieron preguntar algo, pero optaron por callar. El encargado sabía muy bien lo que hacía.
—Él sabrá qué hacer —dijo refiriéndose al jefe de la policía local.
—Parece un punzón —dijo el trabajador que lo encontró.
El encargado lo mandó callar y animó a todos a que retomaran sus tareas.