Capítulo 3: Sevilla

[1] Aunque casi toda la información es nueva, he recurrido en alguna ocasión a otro trabajo mío anterior: «Sevilla, 1936: Sublevación y represión», en A., Braojos, (Coord.), Sevilla, 1936: sublevación fascista y represión, Muñoz Moya y Montraveta Ed., Brenes, 1990, y especialmente al de J., Ortiz Villalba, Sevilla 1936: del golpe militar a la guerra civil, Imprenta Vistalegre, Córdoba, 1998. Al primero para todo lo relativo a los datos sobre represión procedentes del Archivo del Cementerio de San Fernando y al segundo para el largo listado de represaliados del Registro Civil. <<

[2] ATMTS, E. 30/1936. <<

[3] José León Trejo, catedrático y ex Gobernador Civil de Guadalajara, fue asesinado el 17 de octubre de 1936 e inscrito un año después. Al igual que el alcalde Labandera, había sido detenido junto con Hermenegildo Casas y Ramón González Sicilia el 10 de agosto de 1932 por orden del militar retirado que usurpó el Gobierno Civil, el comandante Cristóbal González Aguilar. Casas y González Sicilia habían sido nombrados respectivamente alcalde y gobernador civil en funciones la misma noche del 14 de abril de 1931, de donde el primero pasaría a la Presidencia de la Diputación y el segundo al Gobierno Civil de Granada; León Trejo fue regidor síndico en la primera corporación municipal republicana antes de partir para Guadalajara en mayo de 1931. <<

[4] En agosto de 1932 Labandera se enteró del golpe por González Sicilia, reuniéndose inmediatamente con sus amigos León Trejo y Jiménez González. Pararon un camión del servicio público y se fueron al centro. Una vez enterado de lo ocurrido y puesto que ya estaba declarado el estado de guerra, sobre las once de la mañana, dio una orden general para que acudieran al Ayuntamiento los concejales, directivos de sociedades y representantes de partidos y sindicatos. Izó la bandera republicana en el balcón que daba a la Plaza Nueva y gritó: «¡Mueran los traidores! ¡Viva la República!». La tensión entre la Guardia Civil y un grupo de obreros que se encontraban en la Plaza era muy fuerte. Luego, con dieciocho concejales que se presentaron, se constituyeron en sesión hasta las 15.30 en que llegaron los sublevados al despacho. Para entonces ya estaba creado el Comité de Salvación Pública. Cuando era conducido al vehículo que lo llevaría al Cuartel del Carmen gritó: «¡Ultimo decreto de la Alcaldía: queda declarada la huelga general de todos los servicios públicos!». Los golpistas nunca pudieron olvidar el papel jugado aquel día por el alcalde Fernández de Labandera. <<

[5] Sánchez Rubio fue el militar designado por Sanjurjo para alcalde de la ciudad en agosto de 1932. Cuando se presentó en el Ayuntamiento para que Labandera le entregara el mando, el alcalde le dijo que él no entregaría nada, tras lo cual aquél, sin saber muy bien qué hacer, volvió a consultarlo con Sanjurjo. Después, ya en compañía de dos militares más y una sección de Asalto, volvió al Ayuntamiento procediendo a detener al alcalde y conduciéndolo al Cuartel del Carmen. Por su parte, Sánchez Laulhé fue el que ese mismo 10 de agosto ordenó la salida de la Compañía que declaró el Bando de Guerra, bando que fue leído por el capitán Adolfo Corretjer Duimovich. <<

[6] José González Fernández de Labandera tenía en el momento de su muerte cincuenta y nueve años. Era natural de Puebla de la Calzada (Badajoz) y médico de profesión. Lúe el primer alcalde republicano de Sevilla y diputado a Cortes. <<

[7] En este mismo sentido se manifestaba Juan Ortiz Villalba, quizá pensando entre otros en el propio Lasso de la Vega, en «La persecución contra la Masonería [en Sevilla] durante la guerra civil y la post-guerra», en Masonería, política y sociedad. III Symposium de Metodología Aplicada a la Historia, de la Masonería Española, Vol. II, CEHML, Córdoba, 1989, p. 657 y ss. <<

[8] Véase Leandro Álvarez Rey, Aproximación a un mito: masonería y política en la Sevilla del siglo XX, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, 1996, p. 277. <<

[9] Pedro Cangas Prieto y Gabriel Vadillo Giner, ambos tenientes de Asalto, fueron detenidos el 18 en el Gobierno Civil. Contra ellos se abrió la Causa 5/1936, pero cuando el instructor solicitó información sobre la situación de ambos fue informado por el coronel del Centro de Movilización y Reserva de que al primero de ellos le fue aplicado el Bando el día 23 de julio. Vadillo sería fusilado el 2 de noviembre en las murallas de la Macarena. <<

[10] Queipo de Llano se enteró de esto por unas declaraciones radiofónicas del Ministro de la Gobernación, que así quería tranquilizar a todos sobre la situación en Sevilla. <<

[11] La rutina burocrático-militar de estas ejecuciones constaba de los siguientes componentes: cuadro, mando del cuadro y pelotón de ejecución. El primero estaba compuesto por unos veinte hombres procedentes de Infantería, Caballería y Artillería; el mando del cuadro lo ejercía un oficial; finalmente, el pelotón lo formaban unos diez hombres. A los militares condenados en Consejo de Guerra, al contrario que a otros cuyos cadáveres permanecían durante horas expuestos al público, se les conducía al depósito judicial una vez que el médico militar certificaba la muerte. <<

[12] Tomo estos fragmentos del informe del delegado gubernativo Jaime Fernández Gil de Terradillos de Carlota O’Neill, Circe y los cerdos. Cómo fue España encadenada. Los que no pudieron huir, edición de Juan Antonio, Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, Madrid, 1997, p. 511 y ss. <<

[13] Debo la memoria de José María Burgos Nicolás, «Copia de la exposición de hechos halladas en el Consulado de Rabat en cuya memoria pretende justificar su actuación como Interventor ante el Gobierno Marxista ROJO», a Jesús María Lagunilla González, quien amablemente me facilitó una copia. <<

[14] El domingo 19 de julio Queipo de Llano ordenó la suspensión de las actuaciones judiciales de todas clase salvo las diligencias sumariales. Después se inició ese Registro Especial. <<

[15] Para la derecha sevillana el doctor Puelles venía a ser la representación misma de la República. Fue él quien en la tarde del 14 de abril de 1931 entró en el Ayuntamiento y acompañó al entonces alcalde, Antonio Halcón Vinent (conde de Halcón), cuando asumió la derrota y caída de la Monarquía. <<

[16] Se trata de las cartas que escribió a su familia desde prisión entre el 19 de julio y el 4 de agosto. Véase A. M. Pérez Calero, Aire de libertad, Diputación de Sevilla, Sevilla, 1996, pp. 412-436. <<

[17] El Archivo de la Prisión Provincial, aunque muy expurgado, conserva algunos formularios relativos a las autoridades mencionadas. <<

[18] José María Varela Rendueles, Rebelión en Sevilla. Memorias de su gobernador rebelde, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, 1982. <<

[19] Los datos biográficos y las anotaciones de su diario proceden del catálogo de la exposición celebrada en el Ateneo de Sevilla en julio de 1986, titulado Torsten Jovinge. Sevilla 1936. El catálogo, de gran interés como la exposición, tiene ciertos problemas. La traducción al español del texto del catálogo sueco, a cargo de Enrique Cancino, plantea numerosas dudas. Además, aparte de erratas e interpolaciones, no resulta fácil a veces diferenciar los textos de Jovinge, unas veces entrecomillados y otras no, de lo añadido para la edición española del catálogo, edición a cargo de Ricardo Comas y de Nicolás Jesús Salas. Este último es autor de Morir en Sevilla (Planeta, Barcelona, 1986; Ed. Castillejo, Sevilla, 1999), obra de política-ficción que utiliza, entre otras, la figura del pintor sueco para reivindicar la memoria de los militares golpistas y de los grupos que les secundaron. Por todo ello sería necesario contar con una buena edición en español del diario y de la correspondencia del pintor. <<

[20] Existe sin embargo una página francesa en Internet relacionada con arte en la que puede leerse en inglés un breve fragmento del diario de Jovinge: «Sangriento espectáculo. La tormenta se ha desencadenado. Son las cuatro y media». Esta frase no consta en el catálogo de la exposición de 1986 en Sevilla ya comentado ni en la reproducción que del diario ofreció la prensa sueca (véase Anexo Documental). La dirección es ‹http://www.higrade. fr/Pages/History/_Spanish. htm›. <<

[21] El inventario realizado comprendía lo siguiente: ocho blocs de dibujos, cuarenta y nueve pinturas, cuatro dibujos con marcos, dos marcos de madera, un paquete de papel blanco para dibujo, doce libros, un trípode, un bastón de madera, un abrigo, un traje, una funda de almohada conteniendo ropa diversa usada, una cartera con diversos efectos personales, una chaqueta, tres pares de zapatos, una cartera de bolsillo conteniendo una recomendación del Jefe del Museo Nacional de Estocolmo Sr. Jauffin, una cantimplora de aluminio, un marquillo de hierro pequeño, un reloj de pulsera, un frasco de colonia usado, una cartera de bolsillo conteniendo varias monedas francesas, una maleta y un maletín, un estuche con pinceles para dibujos, un abrecartas, diversos objetos de uso personal usados, varios utensilios para dibujar, varias cartas de índole personal, una recomendación del Director de la Escuela de Bellas Artes de Estocolmo firmada por el Sr. Olle Hjortzberj y un pasaporte expedido en Estocolmo el día 11 de marzo de 1936 bajo el número 1150 a favor de Per Torsten Jovinge. <<

[22] Me refiero a los Desastres de la guerra y a dos de los trabajos realizados por Castelao durante la guerra civil: Galicia mártir y Atila en Galicia, editados ambos en Valencia en 1937. No es nada casual que los Desastres de Goya, que sólo habían conocido la edición de 1863, fuesen reeditados precisamente ese mismo año, 1937. <<

[23] En el catálogo ya aludido de la exposición, Folke Lalander, Director del Museo de Arte Norrkóping de Suecia, apunta con razón que la obra sevillana de Jovinge lo muestra como «experimentado periodista» y que sus bocetos y dibujos constituyen «documentos históricos irrefutables y, al mismo tiempo, dan testimonio palpable de lo ocurrido aquellos días». <<

[24] Archivo Militar General de Segovia, L. D-604. <<

[25] Manuel Burgos Madroñero, «Crónicas portuguesas dela Guerra Civil 1936. Los informes consulares de Andalucía y Extremadura», en Revista de Estudios Regionales, Málaga, 1985-1986, n.º 15/16, pp. 451-456. <<

[26] Iva Delgado, Portugal e a guerra civil de Espanha, Publicaçoes Europa-América, Lisboa, 1980, p. 87. <<

[27] Carta de Fátima Gómez Vela al autor de febrero de 2002. <<