Hay un solar, en mi ciudad,

donde siempre me paro al pasear

Sonrío al verme tan gastado y revivir, las tardes pasadas en este local

que hoy sólo en mi memoria está,

jugando y jugando en aquella recreativa…

inunda mi garganta el sabor de la cerveza bebida al jugar,

de ese cigarro empapado en sabor a plástico fundido.

De ese sonido de la máquina al cambiar,

de tantas músicas de tantos pinballs, y de tu olor,

sentada a mi lado animándome a ser el mejor…

y de tu sabor…

De ese sonido de la máquina al cambiar,

de tantas músicas de tantos pinballs,

y de tu olor, colgando en mi cuello

hablando de los dos…

y de tu sabor…

El balcón de la viuda — Nostalgia — Lección de humildad