NO-EXTRACTOS: En beneficio de la cordura, cada individuo debería romper los bloqueos en su propio sistema nervioso. Un bloqueo es un trastorno semántico en el cuál queda inhibida la respuesta adecuada. A menudo, los bloqueos pueden ser eliminados por el uso adecuado de la «reacción retardada» tálamo-cortical, por el autoanálisis o por el heteroanálisis.
Estuvo a punto de ser vencido. La fuerza invasora era mucho más fuerte que cuando la había sentido en su propio cerebro, y sus efectos tan rápidamente paralizantes que se detuvo involuntariamente.
Es posible que aquello fuera lo que le salvó. Tuvo que permanecer allí, y se le ocurrió recurrir a la antigua y simple versión de establecer la famosa pausa córtico-talámica, el método utilizado para poner en condiciones a los adiestrados:
«Me estoy relajando —se dijo a sí mismo—, y todos los estímulos están recorriendo el circuito completo de mi sistema nervioso, a lo largo de mi médula espinal, hasta el tálamo, a través del tálamo y hasta la corteza cerebral, y a través de la corteza cerebral, y después, y sólo después, de retorno a través del tálamo hasta el sistema nervioso.
»Tengo siempre perfecta conciencia de los estímulos ascendiendo hasta la corteza cerebral y a través de ella».
Aquélla era la clave. Aquélla era la diferencia entre el superhombre no-A y el hombre animal de la galaxia. El tálamo —la sede de las emociones— y la corteza cerebral —la sede de la discriminación— integrados, equilibrados en una cálida y maravillosa relación. Emociones, no suprimidas, sino enriquecidas y más relajadas por la asociación con aquella parte del cerebro —la corteza— que podía saborear incontables y sutiles diferencias en la corriente de sentimientos.
En todo el palacio, los hombres estarían luchando con creciente pánico contra la poderosa fuerza que les había atacado. El pánico conduciría a la histeria, cada vez más intensa. Los estímulos irradiando del asustado tálamo, apresurando los latidos del corazón, acelerando el proceso respiratorio, tensando los músculos, estimulando las glándulas a una producción más violenta…, y cada uno de los órganos sobreexcitados enviando a su vez un nuevo estímulo al tálamo. Rápidamente, el ciclo ganaba velocidad e intensidad.
Sin embargo, lo único que el individuo tenía que hacer era pararse un momento y pensar:
«El estímulo pasa ahora a través de mi corteza cerebral. Estoy pensando y sintiendo, no sólo sintiendo».
Y así alcanzó él para Ashargin una pausa córtico-talámica completa.
La compleja fuerza continuó luchando contra él, y él se dio cuenta que tendría que permanecer vigilante para asegurarse que Ashargin no fuese dominado por una repentina impresión emocional.
Corrió sin que nada se lo impidiera hasta el apartamento y se dirigió al dormitorio. Sabía en qué estado encontraría a Nirene. Dejó que la idea penetrara conscientemente en su cerebro, de modo que Ashargin lo supiera también y no se sorprendiera. Tal como esperaba, Nirene estaba tendida en la cama, rígida e inconsciente. Al parecer había despertado en el momento del ataque, ya que en su crispado rostro había una expresión de desconcertado terror.
Aquella expresión fue la que envió un shock a través de Ashargin. Ansiedad, alarma, miedo; como un relámpago, la emoción recorrió su gama. Como un relámpago, la compleja fuerza presionó y capturó su mente.
Con un desesperado esfuerzo, Gosseyn se arrojó a través de la cama, de modo que pudiera relajarse. No sirvió de nada. Sus músculos se envararon. Quedó rígidamente tendido al pie de la cama.
Se había preguntado qué pensaría y sentiría una persona controlada. Y de hecho no era nada complicado. Se quedó dormido.
Y tuvo un extraño sueño.
Soñó que el cuerpo de Gosseyn en la cripta era ahora más receptivo que nunca, y que sólo en aquella posición inconsciente, y dentro de la memoria de la cripta, era posible en su estado comparativamente inexperto alcanzar la tremenda relación que al final había sido establecida.
El pensamiento no llegó de Gosseyn sino a través de él.
«Yo soy el recuerdo del pasado —el pensamiento llegó a su cerebro a través del cuerpo inconsciente de Gosseyn—. En mí, la máquina que hay debajo de la cripta es el único recuerdo de la Emigración que ha sobrevivido, y mi memoria es el resultado de un accidente.
»Todas las máquinas fueron dañadas en cierta medida al pasar a través de grandes nubes de materia, la naturaleza de cuya energía básica no era conocida. Como resultado de ello, la inmensa mayoría de las memorias se perdieron. Lo que salvó a la mía fue que un circuito clave se quemó antes que pudiera producirse un daño mayor.
»A pesar de sus averías, la mayoría de las máquinas que lograron realizar el viaje consiguieron reanimar los cuerpos que transportaban, ya que se trataba de una simple función mecánica. Yo podía reanimar también el único cuerpo todavía a mi cuidado, pero por desgracia no hubiera sido capaz de sobrevivir. Y no me está permitido destruir voluntariamente un cuerpo hasta que está muerto. Los que me han atendido en años recientes han olvidado que sus antepasados llegaron a este planeta del mismo modo que el ser humano al que adoraban, y todavía adoran, como el Dios Durmiente.
»Los antepasados llegaron sin memoria y olvidaron rápidamente cómo habían llegado. La lucha por la existencia era dura y exigente. Las naves en las cuales llegaron yacen enterradas y olvidadas en la tierra amontonada por los siglos. Yo llegué más tarde, de modo que mi nave no ha sido aún cubierta.
»En todas partes, sus descendientes han elaborado imágenes falsas de su evolución a base de estudiar la fauna de sus nuevos hogares. Todavía no se han dado cuenta del hecho que toda vida busca movimiento, y que el movimiento macrocósmico está limitado a determinadas formas, y que la lucha para mantenerse erecto forma parte de la voluntad de movimiento de especies particulares.
»La Gran Emigración fue emprendida sobre la base de un supuesto no necesariamente cierto, aunque cierto en la medida en que era y es conocido. El supuesto que el sistema nervioso humano, con sus desarrollos corticales y más elevados es único en el tiempo-espacio. Nunca ha sido imitado y, cuando se le considera en todos sus intrincados aspectos, probablemente nunca lo será…».
Dos cuerpos, dos sistemas nerviosos interconectados, el mayor al menor al estilo similaridad. La primera imagen llegó entonces: de hombres contemplando un breve punto mientras avanzaba más cerca del borde de una sustancia ensombrecida.
Ni el hombre de la cripta ni la máquina cuyas vibraciones le bañaban sabían lo que era aquella sustancia.
Un punto brillante que avanzaba sosegadamente, y unos hombres contemplándolo con aire pensativo. Hombres que habían vivido y habían muerto hacía muchos millones de años. El punto brillante quedaba suspendido sobre el borde de la sustancia ensombrecida, como si dudara, y luego se deslizaba hacia él.
Desaparecía instantáneamente.
La pauta del espacio circundante se modificaba ligeramente. Se producía una súbita tensión que provocaba una interrupción en un ritmo básico. La materia empezaba a cambiar.
Toda una galaxia cambiaba su equilibrio temporal, pero mucho antes de la crisis física llegaba el momento decisivo para los habitantes. Las alternativas eran crudas: quedarse y morir, o marcharse a otra galaxia.
Sabían que el tiempo necesario para un viaje semejante estaba mucho más allá de todas las posibilidades del genio mecánico y humano. A medida que transcurriesen los años, incluso las pautas electrónicas variarían radicalmente, y en muchos casos dejarían de tener algún significado.
Más de diez mil millones de naves emprendieron la marcha, cada una de ellas con su cripta, cada una de ellas con su intrincada máquina diseñada para controlar los ciclos vitales de dos hombres y dos mujeres durante un millón de años, o más. Aquellas naves estaban maravillosamente construidas. A través de la oscuridad, viajaban al setenta y cinco por ciento de la velocidad de la luz. Ya que no existía el viaje por Distorsionador. No había matrices conectadas a los lugares a los que se dirigían, ni zonas memorizadas a las cuales los hombres y sus máquinas pudieran trasladarse a la velocidad del pensamiento. Todo eso tenía que ser aún laboriosamente construido.
Una vez más, el sueño cambió. Se hizo más relajado, más personal, aunque los pensamientos que llegaron no estuvieran todavía particularmente dirigidos a Ashargin ni a Gosseyn.
«Yo similaricé la mente de Gosseyn al cuerpo de Ashargin. Gosseyn posee el único cerebro adicional de la galaxia, aparte del que posee el Dios Durmiente…, el cual no cuenta. El “Dios” podría ser despertado ahora, probablemente, pero determinados procesos mecánicos necesarios para su desarrollo no han funcionado desde hace muchísimo tiempo, de modo que sólo podría permanecer vivo unos cuantos minutos.
»¿Por qué escogí a Ashargin? Por su debilidad. Sé por experiencia que una personalidad más fuerte hubiera luchado conscientemente contra el control de Gosseyn. El hecho que estuviera a mano fue también un factor.
»Pero había otro motivo más importante por el que Ashargin era la persona lógica. Debido a los complicados planes imperialistas de Enro, el príncipe podría estar en condiciones de hacer más que cualquier otro individuo para llevar a Gosseyn a la cripta. Y, naturalmente, era razonable creer que sería también valioso para el propio Gosseyn.
»De lo enorme de este logro puede dar idea el hecho que por primera vez he podido contar la historia de la Emigración a un superviviente directo de la expedición. He intentado muchas veces introducir un cuerpo Lavoisseur-Gosseyn en la cripta del modo que Gosseyn está ahora allí. Pero sólo he logrado producir generaciones sucesivas del cuerpo Gosseyn receloso de mí. La tentativa anterior a ésta tuvo repercusiones sumamente peligrosas.
»Logré similarizar la mente del viejo Lavoisseur al cuerpo del sacerdote encargado de la limpieza de esta cámara interior. Me proponía darle a Lavoisseur una oportunidad de reparar los daños que habían sufrido los elementos vitales de mi estructura. El plan se reveló imposible, por dos motivos. En primer lugar, el sacerdote no ocupaba una posición que le permitiera obtener el equipo necesario. Y, en segundo lugar, se resistió a ser poseído.
»Al principio la resistencia no fue demasiado grande, de modo que Lavoisseur pudo realizar algunas investigaciones acerca de la naturaleza de la maquinaria de la cripta. Tal como se desarrollaron las cosas, fue una desgracia que existiera incluso aquella breve oportunidad. Ya que Lavoisseur reparó un aparato sobre el cual yo no tengo ningún control, un instrumento para iniciar el cambio de materia que provocó la destrucción de la otra galaxia. El aparato fue instalado en una de cada diez mil naves exclusivamente a fines de investigación, y le había interesado a Lavoisseur porque no había nada igual en la nave en la cual había llegado.
»Aunque Lavoisseur lo ignoraba, aquel aparato se sintonizó automáticamente al cuerpo del sacerdote, como resultado de la precaución tomada por los constructores para asegurarse que éste siempre estaría bajo el control de un ser humano.
»Naturalmente, se proponían que el ser humano en cuestión fuera uno de ellos.
»El sacerdote sólo tenía que pensar en sí mismo como desfasado en el tiempo, y el cambio, afortunadamente limitado, se producía. Utilizando el transporte por Distorsionador, podía dirigir la sustancia nebular a cualquier punto de la galaxia en el que hubiera un Distorsionador.
»Cuando la resistencia del sacerdote al control de Lavoisseur se hizo demasiado fuerte, fue necesario romper el contacto. Lo que siguió fue algo que admito no haber previsto. Cuando el sacerdote se recobró de su espanto ante lo que había ocurrido, llegó a creer que había sido poseído por el Dios Durmiente.
»Su facultad de asumir la forma de sombra parecía confirmar aquella creencia, y en un cierto sentido, desde luego, es cierto que obtuvo su poder del Dios Durmiente. Pero sólo en el mismo sentido en que yo soy el Jugador que ha estado manipulando tu mente. Los verdaderos Dioses y los verdaderos jugadores murieron hace casi dos millones de años.
»Pero, ahora, estás a punto para despertar. Tu posición es difícil, pero tienes una tarea que cumplir. Tienes que matar al sacerdote que posee este poder. Ignoro cómo puedes hacerlo una vez que esté en su forma de sombra.
»Pero tienes que matarle.
»Y ahora, no queda mucho por decir. Ashargin sólo necesita transmitirse a sí mismo a través de un Distorsionador, y yo le liberaré del control de Gosseyn, y Gosseyn despertará inmediatamente. O bien podría matarse a Ashargin, y la mente de Gosseyn retornaría automáticamente a su propio cuerpo. Ésos son los dos únicos métodos.
»Eldred Crang era un hombre de confianza de Lavoisseur, y hace algunos años, como resultado de una información que obtuvo de Lavoisseur, vino aquí para efectuar algunas reparaciones en mi dañada estructura. En aquella ocasión fracasó. Más recientemente, logró instalar un relevador por medio del cual yo podía enviarle avisos con señales de luz y sonido: la clase de aviso que utilicé para traerle aquí cuando Ashargin estaba ocultando el cuerpo de Gosseyn.
»Una última advertencia. El ataque que ha capturado el palacio sólo parece ser un ataque de la Liga. En realidad, el sacerdote ha escogido ese método de luchar por el poder para desacreditar a Enro…».
El «sueño» empezó a desvanecerse. Gosseyn trató de retenerlo, pero se alejó cada vez más. Luego adquirió conciencia de estar siendo sacudido físicamente.
Gosseyn-Ashargin abrió los ojos y vio a Nirene. La joven tenía el rostro muy pálido, pero estaba tranquila.
—Querido, Secoh ha venido a verte. Levántate, por favor.
Se produjo un sonido en la puerta del dormitorio. Nirene se apartó lentamente, y Gosseyn pudo ver claramente el umbral del dormitorio.
Secoh, el Guardián del Templo del Dios Durmiente, acababa de entrar en el dormitorio y le estaba mirando con ojos que no sonreían.
«Secoh», —pensó Gosseyn—, «el sacerdote que en otro tiempo tuvo a su cargo la limpieza de la cámara interior del templo».
Secoh…, el Discípulo.