Nota del Autor

Quiero agradecer a Derek Gill todas las horas que pasó para ayudarme a escribir Dove. Sin su ayuda, este libro no habría sido jamás escrito.

También quiero dar las gracias a mi padre, Lyle Graham, por haber tenido la suficiente fe en mí como para hacer posible este viaje, y a mi madre, Norma Graham, por haber tenido el valor de apoyar esta decisión.

Mi más sincero agradecimiento a las muchas personas que rezaron por mí durante el viaje, porque ahora sé que fue su fe en Dios lo que logró que regresara sano y salvo.

Finalmente, y aunque no sea lo menos importante, mi amorosa gratitud a mi esposa, Patricia, por los ánimos que me dio.