Al maestro Pastor Vázquez y a Nicasio los mataron en el término de Santa Cruz de Moya, una tarde en que salieron a establecer contacto con las cuadrillas del Rincón de Ademuz y les sorprendió una patrulla de civiles en el Cerro Oscuro. Bajaron los cadáveres a Los Yesares y los exhibieron, como si fueran cerdos colgados de un gancho de carnicería, en la plaza del pueblo. Esa tarde, la de la exhibición de los cuerpos acribillados por las balas, alguien dijo que había visto en Gestalgar a un hombre que se parecía a Ojos Azules. La cara de Nicasio no era cara sino que era una mancha roja, como si se le hubieran comido los cuervos la cabeza y su muerte goteaba sangre sin parar que formaba charcos en el polvo amasado por la lluvia. Los falangistas vestían de uniforme con el alcalde Mariano del Toro a la cabeza. El cabo Bustamante echaba de menos al guardia Rausell Todolí y le arrancó una mano de una patada al cadáver del maestro.

El maestro Pastor Vázquez Lorenzo se movió un poco, como si estuviera vivo. Y el alcalde se acercó y le pegó un tiro en la cabeza por si acaso.