—Ojos Azules no estaba entre los muertos, eso dicen, y también dicen que del camión no ha quedado ni una pieza sana en el fondo del Barranco Escoba, cerca de Gestalgar.
En Los Yesares no hay más noticias sobre lo sucedido. Sólo que el camión que trasladaba a Ojos Azules a Valencia se fue barranco abajo sin saber por qué al poco rato de salir del pueblo.
—Le salieron al paso los del maquis, salvaron a Ojos Azules y dejaron caer al camión con los soldados por el precipicio
aseguraban otras versiones de los hechos.
Y aún hubo algunas diferentes, unos meses después, que juraban haber visto al jefe del maquis comprando unos zapatos en una tienda de Valencia
—Tenía una cicatriz muy larga en la cara, llevaba un traje a rayas grises y cojeaba
decían en el pueblo.
—Las leyendas están de nuestra parte
le dijo una tarde el maestro Pastor Vázquez Lorenzo a Nicasio, cuando ya hacía más de un mes que Ojos Azules había desaparecido en el Barranco Escoba
—Si tú lo dices, pero yo no sé lo que son las leyendas ni de parte de quién han de estar para que eso sea bueno y no otra cosa.