En medio de las Tierras Malditas, colgadas en un acantilado de trescientos metros que se precipita en el Nuevo Mar, se encontraban las ruinas de la que fuera la antigua y maravillosa ciudad de Xak Tsaroth[1]. Antes del Cataclismo, trescientos cincuenta años antes de la Guerra de la Lanza, la ciudad se encontraba tierra adentro y era un próspero centro de comercio, tan importante que incluso la lejana urbe oriental de Istar compraba productos en sus inmensos mercados al aire libre[2].
Cuando la montaña de fuego se precipitó sobre Istar, una de las fallas se abrió justo al este de Xak Tsaroth y la ciudad «se derrumbó por el acantilado cayendo en una inmensa grieta»[3]. Los enanos gullys que se instalaron en las ruinas poco después de la hecatombe las bautizaron con el «imaginativo» nombre de «El Pozzo»[4].
El Templo de Baaz en torno a cuyas ruinas se había instalado el campamento draconiano, la Torre de la Verdad y otros restos de lo que antaño fueran obras de magnífica arquitectura se encontraban al parecer lejos del centro de la ciudad[5]. El obelisco en el que está grabada la bienvenida a Xak Tsaroth debió de encontrarse en su momento en los aledaños de la ciudad y sin embargo ahora yace cerca de un gran patio con edificios lo bastante importantes como para que se alzaran próximos al centro de la urbe. Incluso la Gran Plaza era más pequeña[6]. Puede que en el pasado el obelisco se irguiera al borde del núcleo central de Xak Tsaroth, bastante dentro del área habitada con casas de menor importancia y chozas. Si fue así, estas estructuras de arrabales pudieron muy bien haberse extendido hasta el Templo de Baaz y más allá, habida cuenta del gran tamaño de la antigua ciudad; pero al tratarse de construcciones menos duraderas sería comprensible que se hubiesen derrumbado durante el Cataclismo y que posteriormente fueran engullidas por el pantano.
A pesar de las tremendas sacudidas sísmicas, los sólidos y más importantes edificios situados en el corazón de la ciudad se desplazaron poco o nada de sus localizaciones originales y simplemente se hundieron decenas o centenares de metros en la falla abierta. La evidencia de esto era la continuidad de los trazados de calles y cimientos de edificios, de manera que Raistlin fue capaz de identificar varios lugares en base a la información que tenía sobre la Xak Tsaroth del pre-Cataclismo[7]. (Este es el caso que se repite a menudo con las áreas hundidas en fallas: el suelo en la superficie se resquebraja, pero hay secciones que se mantienen virtualmente intactas. Claro que, cuanto más violento sea el seísmo, más posibilidades hay de que los edificios queden reducidos a escombros y sólo se conserven los cimientos). El número de estructuras de Xak Tsaroth que se encontraban en un relativo buen estado, aunque con paredes inclinadas y grietas en techos y suelos, denotaban la solidez de su construcción. También este factor apunta la posibilidad de que el hundimiento de la ciudad fuera progresivo.
Además de hundirse verticalmente, los niveles inferiores sufrieron también, al parecer un desplazamiento lateral, ya que el pozo del patio de la superficie estaba centrado sobre la Gran Plaza, situada doscientos cuarenta metros más abajo[8]. Dando por hecho que la mayor parte de los sectores de la ciudad se hundieron verticalmente y se desplazaron lateralmente, puede reconstruirse aproximadamente la localización original reuniendo estas piezas del rompecabezas. Los edificios que rodean el patio de la superficie debieron de encontrarse al norte y al oeste de la Gran Plaza, separados por varias construcciones ocupadas posteriormente por los enanos gullys. La porción norte de la Cámara de los Antepasados (con sus criptas adyacentes y capillas) yacía en su localización original, con la escalera de acceso intacta[9]. Al parecer ya se encontraba bajo tierra incluso antes de que la ciudad se hundiera, pues la estructura no tenía ventanas cuando los compañeros llegaron. Las habitaciones situadas al este y bajo la Cámara de los Antepasados no sólo se hundieron, sino que quedaron boca abajo. El nivel medio (al sur y abajo) incluía pequeños comercios en los que se aprovisionaban los guardias de palacio[10]. Ciento cincuenta metros más abajo (al oeste de los comercios y al noreste de la Gran Plaza) estaba el recinto que en su momento albergaba a la guardia de palacio. Inmediatamente al sur de este complejo se encontraba el palacio; en la época en que transcurre la historia estaba ocupado por Khisanth, la hembra de dragón negro que guardaba celosamente su inapreciable tesoro, incluidos los Discos de Mishakal[11].
La profundidad de este sector, doscientos cuarenta metros bajo la superficie, todavía quedaba por encima del nivel del Nuevo Mar. Más allá, otro abismo en el borde septentrional del nivel permitía que las aguas drenaran en el mar[12]. No obstante, el agua no sólo se precipitaba desde arriba por numerosas cascadas, sino que también se filtraba desde abajo. Ello habría sido suficiente para que las ruinas desaparecieran sumergidas al cabo del tiempo si antes no se hubieran desplomado definitivamente a causa de las colosales sacudidas del dragón durante su agónica muerte[13]. Teniendo en cuenta la gradual inundación, el sistema de alcantarillado se conservaba en un estado bastante aceptable. Aparentemente, no tenía salida directa al mar y su sólida construcción había resistido las filtraciones, lo que permitió a los compañeros llegar por uno de sus tramos hasta el cubil del dragón[14].
Mientras huían de la ciudad que se derrumbaba sobre sus cabezas, los compañeros comprendieron que su única oportunidad de salir con bien era mediante una de las instalaciones recientes de Xak Tsaroth: el elevador. Construido por los enanos gullys, las inmensas marmitas sustentadas por enormes cadenas y movidas por gigantescas ruedas dentadas, ascendían y descendían entre los niveles inferiores y la Cámara de los Antepasados[15].