El blanco Templo de Huerzyd data de antes del Cataclismo y está dedicado a los dioses verdaderos. Como tal, se lo abandonó al deterioro y constituyó el escondrijo idóneo para que se desarrollara la cultura del Pueblo de las Sombras[1]. En el nivel de superficie del templo está la gran sala del altar, rodeada por las dependencias de los monjes y clérigos que ocuparon el santuario en los tiempos en que se desarrollaron sus actividades.
El nivel del subsuelo fue excavado por el Pueblo de las Sombras. Hay doce cámaras bajo el templo. Llegado el caso, la habitación que está al pie de la escalera puede clausurarse tanto en la entrada como en la salida mediante trampas que accionan un mecanismo que hace descender puertas de piedra. Trampas similares cierran cada uno de los tres túneles que se prolongan por el subsuelo de Sanction. Hay una gran cámara de reuniones llamada Sala de las Sombras, seis cavernas para alojamiento de los clanes y cuatro plantaciones de hongos[2].
El negro Templo de Duerghast fue construido en honor a una deidad posterior al Cataclismo, a la que se ofrecían sacrificios humanos. De esta suerte, su nivel superior cuenta con un estadio equipado con jaulas para animales destinados al espectáculo y su nivel inferior consta de numerosos calabozos y otras dependencias relacionadas con la finalidad del templo, tales como una cámara de tortura.
Este edificio era perfecto para el uso del ejército de los Dragones. No obstante, el Pueblo de las Sombras pudo ayudar a algunos prisioneros, ya que se excavó un túnel detrás de una hilera completa de calabozos[3].
El Templo de Luerkhisis es el más grande de los tres y lo que lo hace peculiar no es su tamaño, sino su diseño. Erigido en honor de la Reina de la Oscuridad, Takhisis, el templo se talló en la ladera del volcán a semejanza de la cabeza de un dragón. El Señor del Dragón en tiempos de la Guerra de la Lanza, Ariakas, tenía en él su residencia[4]. Tras su muerte a manos de Tanis, Kitiara ocupó su puesto al mando de los ejércitos, así como probablemente sus aposentos, entre los que había una sala de mapas[5].
La presencia del ejército de los Dragones no era el origen del poder de la Reina Oscura, antes bien un resultado del mismo. El secreto yacía en las inaccesibles y bien vigiladas cámaras del nivel subterráneo del templo. Los huevos de los Dragones del Bien se habían trasladado de las entrañas de los volcanes (donde se guardaron al principio tras ser robadas) a cinco salas situadas a gran profundidad bajo el templo[6]. En la última cámara, rodeado por enormes braseros, estaba el «Altar de Corrupción» sobre el que los clérigos oscuros y los hechiceros Túnicas Negras pervertían los huevos para crear draconianos[7]. Una va más el Pueblo de las Sombras y sus túneles fueron de una ayuda inestimable, ya que, a través de un acceso al nivel subterráneo, los huevos restantes fueron rescatados[8]. Este túnel pasa sobre un puente que salva la abrasadora caverna del volcán y conduce a la Gruta del Anciano, el más viejo de las gentes del Pueblo de las Sombras[9].