Silvanost

El área forestal ocupada durante milenios por los elfos silvanestis fue abandonada con los primeros ataques de los ejércitos de los Dragones. En un desesperado intento de defender Silvanost de las fuerzas enemigas, Lorac hizo uso del Orbe de los Dragones que había traído de Istar, pero cayó bajo el hechizo del Orbe, que atrajo al dragón, Cyan Bloodbane. Bajo el reinado de Las pesadillas de Lorac, Silvanesti se convirtió en una tierra torturada[1].

El Thon-Thalas, el Río del Señor, serpentea a través de Silvanesti. El brazo oriental lo cruza un puente arqueado que forma parte de lo que antaño fuera la gran calzada del Rey, en las Praderas de Arena. Alrededor de todo el límite del reino se alza un cercado de setos que los silvanestis levantaron tras la partida de los qualinestis, con el propósito de aislarse del resto del mundo[2].

La construcción más sobresaliente en el Silvanesti occidental es la torre de Shalost que guarda el cuerpo hechizado del druida Waylorn Wyvernsbane en un ataúd de cristal. La estructura no tiene ventanas ni puertas, siendo en sí misma una gigantesca caja de seguridad, una «rueda de combinación» que se opera girando la parte alta de la torre[3].

Los silvanestis no construyen, sino que reforman la naturaleza moldeándola en formas más exquisitas y útiles[4]. Las formaciones de mármol de la zona se han labrado y horadado para habilitarlas como viviendas y todo tipo de estructuras. Sus paredes brillan con un fulgor nacarado entre los árboles. En el brazo occidental del Thon-Thalas quedaba todavía en uso un transbordador cuando los compañeros llegaron allí y así cruzaron a la otra orilla[5].

La estructura más grande de Silvanost es la Torre de las Estrellas. Su belleza inspiró la Torre del Sol de Qualinesti, por lo que ambas construcciones son similares. Sin embargo, en tanto que La Torre del Sol tiene espejos que orientan los haces del astro de modo que iluminan toda la estancia, la Torre de las Estrellas lleva joyas incrustadas que magnifican la luz de las dos lunas y lanzan rayos blancos y rojos sobre las paredes. Otra diferencia es que la cúpula central de la Torre del Sol es un mural de mosaicos, mientras que la de la Torre de las Estrellas es oscura y en su cúspide se ha horadado un agujero por el que la luz de las lunas se proyecta como un foco sobre la persona que se sienta en el trono. En él estaba Lorac, con el Orbe de los Dragones a su lado[6].

El poder del Orbe había destruido la belleza de Silvanost. Los árboles estaban retorcidos y sangraban y hasta las piedras de la ciudad estaban deformadas.

La Torre de las Estrellas no era ya una obra bella; relucía con un maligno fulgor verdoso y sus corredores y habitaciones se retorcían con el movimiento de la piedra viva.

No obstante, la mayor parre de los lugares por los que pasaron los compañeros para llegar hasta Lorac eran meras ilusiones[7]. Con la expulsión del dragón y el despertar de Lorac, las visiones desaparecieron y el verdadero Silvanost se mostró. La Torre estaba horriblemente deformada pero todavía era habitable y los aposentos de Lorac y de Alhana se conservaban intactos[8].

Semanas después de que los héroes hubiesen partido llevando con ellos el Orbe de los Dragones; el roce de la Joya Estrella de Alhana en la tumba de Lorac fue el inicio del regreso de la belleza[9].